7.10.10

los caprichos de las montañas

las laderas donde plantamos
las vidas que estamos
por cosechar
salen nenitos
con las cabezas bien grandes
como topos desde la tierra
y el sol parece
quemarles el pelo
flamean con las cabecitas y las manos en alto
esperando que el viento seco
apague la llamarada

1 comentario:

tutu para los amigos dijo...

vos decís que hay vientos que apagan llamaradas?
para mí que siempre (o casi) se vuelven a encender